La sangrienta represión político-armada ocurrida contra estudiantes de las Normales Rurales de Tiripetío, Arteaga y Cherán, Michoacán, por parte del estado mexicano mediante sus fuerzas policiales estatales y federales, da muestra de la criminalización de la protesta social en México. Con ésta, se pretende aplacar cualquier voz o acción que vulnere el sistema de saqueo de los recursos del país, y en este caso, la aplicación de una política de privatización de la educación pública, gratuita y social para los campesinos pobres del pueblo.
Detrás del operativo, cuyo saldo es de 178 estudiantes detenidos y de quienes se ignora hasta el momento su paradero y estado físico, se encuentra la reacción de un sistema anciano y cruel: el capitalismo, que opera en México como laboratorio del rescate a su propia crisis a costa de lo poco que los pobres tienen.