MÉXICO, D.F. (apro).- El caso de Hendrik Cuacuas, quien el pasado viernes 2 de noviembre recibió un disparo cuando disfrutaba la películaRalph el Demoledor en la sala dos de Cinépolis Plaza Ermita, y dos días después perdió la vida en el hospital donde era atendido, se asemeja cada vez más a una historia de ficción.
En dos días, la versión de la bala que lo mató cambió también dos veces. El lunes 12, cuando el caso salió a la luz pública, el titular del Instituto de Ciencias Forenses del Distrito Federal, Felipe Edmundo Takajashi Medina, reveló que la bala que mató a Hendrik fue “de frente y a un metro de distancia”.
Según el funcionario, los resultados de la necropsia practicada al menor indicaron que el proyectil se alojó en el cráneo y que la trayectoria de la bala había sido de adelante hacia atrás.